martes, 10 de enero de 2012

I. Introducción a la Bioética


I. INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA
SLIC. ROSA MARÍA GARZA CERVANTES, M. Ed., MB
Van Rensselaer Potter (1911-2001), a finales de 1970, utilizó por primera vez el término “bioética” en su artículo "Bioethics: the science of survival", aunque la divulgación de este neologismo no llegó sino hasta 1971, cuando vio la luz su célebre libro Bioethics: Bridge to the Future.
Van Rensselaer Potter nació el 27 de agosto de 1911 y falleció el 6 de septiembre de 2001. Fue un destacado bioquímico estadounidense, que ostentó el cargo de Profesor de Oncología en el McArdle Laboratory for Cancer Research, de la Universidad de Wisconsin-Madison, durante más de 50 años.
Se le considera el acuñador del término Bioética, un derivado de la unión de dos palabras griegas, bios—vida— y ethos —carácter, ética—. Esta paternidad se le atribuye porque la primera vez que apareció el término Bioética en una publicación fue en un artículo suyo de 1970, titulado «Bioethics: The science of survival» —Bioética: La ciencia de la supervivencia—. En su libro de 1971 Bioethics: Bridge to the future Bioética: Puente hacia el futuro— vuelve a aparecer, confirmando su paternidad.
Ya posteriormente, acentuó el sentido ecológico de su propuesta al acuñar en el año 1988 el sintagma «Bioética global».

De acuerdo a Potter, la bioética sería una disciplina que partiera y se erigiera sobre lo que él definió como “la crisis de hoy”, una crisis generalizada, de claro carácter global, que afecta tanto al individuo como a la sociedad y al medio ambiente.

Potter afirmó que la Bioética, como una nueva ciencia, debería partir de la tesis de que "la humanidad necesita urgentemente una nueva sabiduría que le proporcione el conocimiento de cómo usar el conocimiento para la supervivencia del hombre y la mejora de la calidad de vida".

La bioética, según él, debía tener el papel de brújula que guiara las políticas públicas para conseguir el “bien social”.
Tenía muy claro que la bioética, como ciencia de la supervivencia, debía ser algo más que una simple ciencia y, por ello, quiso llamarla bio-ética, para destacar los dos pilares básicos sobre los que debía fundamentarse: el conocimiento científico, lidereado por la biología, y los elementos esenciales de las ciencias sociales y las humanidades; también dio un peso importante a la filosofía como “amor a la sabiduría”.

Potter creyó en la posibilidad de que la bioética pudiera aportar un nuevo tipo de erudito, e incluso un nuevo tipo de hombre de Estado, pues asumía que “el puente hacia el futuro” sólo se podía construir partiendo del mundo de la educación y la cultura, pero en conjunción con el ámbito de la política, puesto que es en el terreno público donde se toman las grandes decisiones que afectan el destino de la humanidad y su hábitat.
Dos enfoques de la Bioética
Una ética para la vida, de carácter interdisciplinar y rubricada por un claro y consciente compromiso ético-político, con la meta fijada en la reconducción del destino global de los seres humanos y de la naturaleza de la que forman parte (Potter).
Una ética clínica basada en una serie de principios —beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia— cuyo propósito principal es solucionar los dilemas que surgen en la práctica cotidiana de la asistencia y la investigación médicas (Instituto Kennedy).

Potter en su última obra Bioética global escribió: "Quizás el obstáculo más serio que impide la evolución de una ética de la Tierra es el hecho de que nuestro sistema educativo y económico, más que conducirnos hacia una profunda conciencia de la Tierra, nos aleja de ella”.
El evento que abrió el escenario para hacer público el concepto de Bioética
En 1962 la Universidad del Estado de Dakota del Sur invitó al ex­-alumno Van R. Potter a dictar una conferencia con motivo del centenario de la Ley sobre concesiones de tierras firmada por Abraham Lincon a cuyo amparo se había fundado dicha universidad. Dadas las circunstancias, a pesar de que el honor se le confirió fundamentalmente por sus entonces 22 años de experiencia en cáncer, Potter decidió optar por un tema más filosófico.
“Lo que me interesaba en ese entonces -rememoró Potter en uno de sus últimos trabajos-,... era el cuestionamiento del progreso y hacia donde estaban llevando a la cultura occidental todos los avances materialistas propios de la ciencia y la tecnología. Expresé mis ideas de lo que, de acuerdo a mi punto de vista se transformó en la misión de la Bioética: un intento por responder a la pregunta que encara la humanidad: ¿qué tipo de futuro tenemos por delante? y ¿tenemos alguna opción? ... Todo comenzó en esa charla de 1962, en la que la misión consistía en examinar nuestras ideas competitivas sobre el progreso. Así el título de esa charla fue Un puente hacia el futuro, el concepto de progreso humano...”
En esa conferencia Potter analizó tres imágenes del progreso: religioso, como ganancia material y como científico-filosófico, llegando a la conclusión que “... sólo el concepto científico-filosófico de progreso que pone énfasis en la sabiduría de gran alcance, es el único tipo de progreso que puede llevar a la supervivencia

A pesar de que la metáfora del “puente hacia el futuro” ya está presente en esta charla de 1962, demoró ocho años más Potter para madurar su definición de Bioética como la disciplina en que el saber científico y filosófico confluyen a fin de darle concreción a esta cultura de la supervivencia por él preconizada.
Es en “Bioethics. The Science of survival” artículo aparecido en 1970 en la revista Perspectives in Biology and Medicine donde Potter utiliza el término Bioética por primera vez. No obstante, el mismo no trascendió efectivamente al vocabulario científico hasta la publicación del famoso libro “Bioethics bridge to the future” aparecido a principios de 1971 a instancias de Carl Swanson, que dirigía la colección “Biological Sciencies series” para el editor Prentice Hall y donde se compilan 13 artículos de Potter escritos entre 1962 y 1970.

La Bioética era ya un hecho y sin pretender restar méritos al visionario bioquímico de Wisconsin, las condiciones objetivas económicas y sociales imperantes en la sociedad norteamericana de las décadas del 60 y 70 así lo propiciaron, lo que parece ser confirmado por la fundación del The Joseph and Rose Kennedy Institute for the study of the Human Reproduction and Bioethics de la Universidad de Georgetown en Washington en junio del propio año 1971, tan sólo pocos meses después de ver la luz el primer libro de Potter.

La sugerencia de incluir el término Bioética en la denominación de lo que con el tiempo se convertiría en institución pionera y “Meca” del pensamiento bioético anglosajón partió de un miembro del clan Kennedy al parecer sin conocimiento de los trabajos de Potter.
No es de extrañar entonces que el director fundador del centro, el gineco-obstetra de origen holandés Andre Hellegers en su discurso de inauguración definiera la Bioética como una “ética biomédica”. Aquí comenzó el proceso de medicalización de la disciplina que, si bien sirvió de alternativa y asidero ante la crisis metodológica y de fundamentación por la que atravesaba la Etica Médica tradicional ante los impresionantes avances tecnológicos desarrollados y en un entorno de inequidades en el acceso a los servicios de salud, significó también un reduccionismo del ideal potteriano.

¿Por qué Entonces el Uso del Término en la Profesión Médica?
En el contexto y propósito del planteamiento original de Potter, no se ve nada que se parezca a lo que se ha hecho corriente entender por bioética.
Ni en el prefacio ni en ninguno de los 13 capítulos de su libro de 1971 aparece la ética médica como tema central. ¿Por qué entonces esa apropiación del término por los eticistas de la medicina?
El hecho fue al parecer propiciado por la mención que, después de publicado, se hizo por vez primera del libro de Potter (1971) en un artículo periodístico que abordaba el tema de los dilemas que acompañan los descubrimientos en la biología molecular, genética y las nuevas posibilidades de intervención en asuntos de la vida humana, explorados desde la ciencia, desde la teología y, obviamente, desde la medicina (Anónimo, 1971; ver comentarios en Potter 1998, 2002).
El artículo hace, entre otras, referencia a la iniciativa de eticistas norteamericanos para crear el Instituto para la Sociedad, la Etica y las Ciencias de la Vida, integrado entonces por 70 miembros entre quienes destacaba el teólogo católico Daniel Callahan, prominente especialista de la ética médica, y el también notable biólogo evolucionista Theodosius Dobzhansky. No es descabellado que Potter quedara así vinculado entre los lectores a las nuevas consideraciones dentro del campo de la ética médica.
Los antecedentes del planteamiento de Potter
Su antecesor: la obra de Aldo Leopold, otro profesor de Wisconsin, en particular su Etica de la Tierra enunciada en A sand Country Almanac, 1949, de la cuál la Bioética parece ser continuadora.
Comparte Potter con Leopold la idea de que el respeto por la naturaleza es esencial para la supervivencia como categoría fundamental de una meta-ética, colofón o tercera fase de la evolución de la ética desde su origen hasta nuestros días, y que según Leopold se resume en un proceso acumulativo:
primero pretendió regular las relaciones entre los individuos.
después agregó la prioridad dominante por las relaciones de los individuos con la sociedad
hasta la actual en que el objeto es regular la relación del hombre con la naturaleza en su conjunto.
Potter considera a la Etica de la Tierra de Leopold como el principal antecedente y referente de la Bioética, por esta razón casi al momento de estarse imprimiendo Bioethics bridge to the future logró introducir una dedicatoria a Leopold, y en su segundo libro Global Bioethics agrega el subtítulo Building on the Leopold Legacy, o sea pretende Potter dejar claro que su visión global de la Bioética está erigida sobre el legado de su colega de Wisconsin.
En uno de los últimos viajes que realizara fuera de Estados Unidos dictó Potter una conferencia ante más de quinientos estudiantes japoneses en la cuál resume lo que para él debe constituir el desarrollo de la Bioética.
“... la teoría original de la Bioética -Bioética Puente- era la intuición que señalaba que la supervivencia de gran alcance de la especie humana, en una civilización decente y sustentable, requería del desarrollo y del mantenimiento de un sistema ético. Tal sistema es la Bioética Global, basada en instituciones y razonamientos sustentados en el conocimiento empírico proveniente de todas las ciencias, pero en especial del conocimiento biológico. En esta observación utilizó la palabra empírico en el sentido usual: el conocimiento empírico es el conocimiento basado en las observaciones o experimentos que son independientemente verificables. En la actualidad, este sistema ético propuesto sigue siendo el núcleo de la Bioética Puente con su extensión a la Bioética Global, en la que la función de puente ha exigido la fusión de la Ética Médica y de la Etica Medioambiental en una escala de nivel mundial para preservar la supervivencia humana”.
Referencias
Acosta Sariego, José Ramón La Bioética de Potter a Potter. Universidad de La Habana. Vicerrectoría de Investigaciones. Cuba. 9 de Nov. 2009.
Otero, Luis Daniel. Bioética: el concepto relegado. Interciencia. Universidad Central de Venezuela. Venezuela. Enero 2009, Vol 31 No. 1
Quintanas, Anna. Reseña: V. R. Potter: una ética para la vida en la sociedad tecnocientífica. Sinectica 30, Revista electrónica de Educación. ITESO.México. Febrero- Julio 2008.
Potter V.R. Bridge to the Future, Prentice-Hall Pub, Englewood Cliffs, NJ, 1971.
Reich W.T. (coord): “Encyclopedia of Bioethics”, New York 1978.
Cfr. V. R. Potter, "Bioethics: the science of survival", en Perspectives in Biology and Medicine, Nueva York, 1970 y Bioethics. Bridge to the Future, Englewood Cliffs, NJ, Prentice-Hall Pub., 1971.
V. R. Potter, Global Bioethics. Building on the Leopold Legacy, East Lansing, Michigan, Michigan State University Press, 1988, p. 13.


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